5. La Gran Cocina

Great Kitchen of Royal Pavilion.

Imagen histórica

Nash view of Great Kitchen, 1826.

Transcripción

Se encuentra usted ahora en la Cocina del Rey o la Gran Cocina, la cocina más tecnológicamente avanzada de su tiempo. Se utilizaba principalmente para preparar platos de carne y salsas, y era una de las cinco estancias dedicadas a la elaboración de alimentos en tiempos del príncipe Jorge.

Jorge era un anfitrión entusiasta, y esto se refleja en esta cocina, que es grande, luminosa y se encuentra inusualmente cerca del Salón de Banquetes. En la mayoría de palacios y mansiones la cocina solía estar mucho más lejos, incluso en un edificio aparte. Ello se debía al peligro de incendio así como a la molestia del olor a comida. Pero Jorge estaba tan orgulloso de sus cocinas que solía enseñarlas a sus invitados, y en una ocasión célebre incluso cenó en ella, aunque con una alfombra roja cubriendo el sencillo suelo. Incluso se interesó por la decoración de la cocina; si se fija en la parte alta de las cuatro columnas de hierro colado, verá que están rematadas a modo de palmeras. También advertirá que el techo es muy alto para facilitar la evacuación del intenso calor de la cocina.
El príncipe era un gran amante de la cultura y la cocina francesas, y a lo largo de su vida contrató a muchos chefs del país vecino, incluso después de la Revolución francesa, cuando los empleados de aquel país eran considerados sospechosos entre la aristocracia inglesa. Jorge valoraba tanto a los cocineros que solía robárselos a otras grandes mansiones, para consternación de sus propietarios. En 1816 contrató al chef más famoso de su tiempo, el prestigioso Antonin Carême. En la cocina se expone uno de los famosos menús de Carême, que consistía en nada menos que 100 platos, ¡aunque no se esperaba que los invitados los probaran todos! Tristemente para Jorge, Carême echó de menos su tierra natal, y al cabo de un año de haber llegado regresó a Francia. Por cierto, puede adquirir una copia de este menú en la tienda que encontrará a la salida del Pabellón.

Para saber más sobre las cocinas, marque el número 501.

Para continuar, pase por la sala de los decoradores de mesa y regrese al Salón de Banquetes.

La cocina

En tiempos del príncipe Jorge era extraño emplear a mujeres en la cocina. Como era un lugar extremadamente caluroso, los cocineros tendían a trabajar con el torso desnudo y a utilizar un lenguaje que se consideraba inapropiado para las mujeres. Además, el personal de cocina estaba relativamente bien pagado, y los hombres no querían que las mujeres les quitaran sus trabajos.

Esta cocina estaba repleta de innovaciones tecnológicas. La más destacable era una gran mesa de vapor en el centro de la estancia, compuesta por un tablero de hierro colado, envuelto en latón. La mesa se calentaba mediante vapor procedente de una caldera que había detrás de la cocina principal de hierro colado, y estaba diseñada para mantener calientes hasta 30 platos distintos antes de servirlos en la mesa. La mesa de vapor no se ha conservado, pero puede verla en la imagen que se muestra aquí.

En las chimeneas se asaba carne en cinco espetones, que rotaban de forma automática mediante un sistema de engranajes y poleas. Estaban accionados por un dispositivo llamado smoke jack, una especie de turbina de metal situada en la chimenea y que, a su vez, se accionaba con el potente tiro de la chimenea. Esto permitía elaborar varios asados a la vez.

En el lado opuesto a las chimeneas, había una serie de encimeras de hierro colado, calentadas por un sistema a vapor diseñado por William Slark. Slark, que suministró los equipamientos para las cocinas del Pabellón entre 1817 y 1818, realizó también las escaleras de hierro colado del Pabellón.

Más allá de la Gran Cocina había otras cocinas secundarias. Por ejemplo, había una dedicada a la repostería. Estaba repleta de encimeras, calientaplatos y hornos, donde podían elaborarse finos postres lejos del calor de la cocina principal. Había también una sala para cocinar al vapor, equipada con una caldera de vapor, y otra cocina para el personal de servicio de la casa, conocida como la Cocina Familiar o de la Casa. En ella se preparaban las comidas de los sirvientes así como las del Rey en ocasiones privadas. Finalmente el Pabellón contaba con una sala para el servicio equipada con una cocina económica. Es una auténtica lástima que ninguna de estas cocinas se haya conservado.