10. Salón de Música

Imagen histórica

Nash view of Music Room, 1826.

Transcripción

Después de la sobriedad de la Galería del Salón de Música, regresamos a la lujosa opulencia. Esta vez en el Salón de Música, otro espacio espléndido comparable al Salón de Banquetes, tanto por su tamaño y suntuosidad decorativa como por su ubicación en el Pabellón. Adéntrese en el Salón. Si lo desea puede sentarse en el suelo o en los bancos mientras escucha. Bajo sus pies hay una alfombra hecha a mano, como en los tiempos de Jorge. La decoración que nos rodea es de Frederick Crace y continúa la temática china, con predominancia de rojos y dorados. Recorren las paredes o se deslizan por las columnas dragones dorados semejantes a serpientes, tanto pintados como esculpidos. Preciosas lámparas de araña en forma de flor de loto iluminan la estancia, y varias pinturas murales muestran paisajes chinos repletos de bambú y pagodas. Éstas nos recuerdan las pagodas que en su tiempo decoraban el Salón y que ahora se encuentran en el Palacio de Buckingham. Esta interacción entre la bidimensionalidad y la tridimensionalidad puede apreciarse en todo el Pabellón. David Beevers:

Para la construcción de Pabellón Real, Jorge contrató a varias generaciones de la familia Crace, que fueron unos de los primeros decoradores de interiores tal y como los concebimos hoy. Esto es muy interesante, porque una de las innovaciones del Pabellón fue el encargo del diseño de los interiores a decoradores, en lugar de a arquitectos. Hoy en día estamos acostumbrados a los interioristas; pero por aquel entonces era una profesión muy nueva. Y éste fue uno de los primeros edificios en el que el arquitecto, John Nash, no diseñó los interiores. No se ocupó de ellos; se interesó por ellos y, por supuesto, diseñó algunos aspectos de los mismos, pero los muebles y otros objetos, por ejemplo, que en el pasado hubieran sido diseñados por el arquitecto, aquí fueron diseñados por Crace.

La música era otra de las pasiones de Jorge. Tocaba el chelo y el fortepiano, y le gustaba cantar. Pero también tenía su propia orquesta privada, que le costaba una suma importante de dinero, pues estaba formada por 40 músicos o más que tocaban instrumentos de percusión y viento de modo muy similar a una banda militar actual. Los miembros de la orquesta amenizaban la cena con música y, más tarde, entre las 9 y la medianoche, interpretaban un amplio repertorio que incluía piezas de Beethoven y Händel. En 1823, el compositor italiano Gioachino Rossini fue invitado al Pabellón Real e interpretó varias de sus obras al piano. El órgano que ve en la pared norte, que sustituye al original, fue construido en 1822 para la Capilla Real de Brighton. El original, del mismo fabricante, se encuentra ahora en el Salón de Baile del Palacio de Buckingham, aunque ha sido muy modificado. Aquí los tubos del órgano están a la vista, pero el teclado queda oculto detrás de uno de los paneles. El gran reloj que hay sobre la repisa de la chimenea es una réplica del original. Esta estancia fue el escenario de un episodio dramático en 1975. Un incendio provocado destrozó el salón, destruyendo gran parte del techo y dañando las pinturas murales y objetos decorativos. Los trabajos de restauración duraron 11 años y, cuando hubieron terminado, tuvo lugar otro desastre. Durante la gran tormenta de 1987 cayó una bola de piedra de uno de los minaretes, que atravesó el tejado destrozándolo, para finalmente incrustarse en el suelo de la estancia. Todo el salón ha sido restaurado minuciosamente, incluido el dorado de todas y cada una de las 10.000 conchas de la cúpula. Mire la pantalla para ver los comentarios extra disponibles. Cuando haya terminado, salga por la puerta que hay a la izquierda del reloj, gire a la derecha por el pasillo del servicio y marque el número 11. Puede escuchar el comentario siguiente mientras camina.

John Nash

John Nash nació en 1757 y fue el arquitecto favorito del príncipe regente. Entre sus obras se cuentan Regent’s Park y Regent Street, además del Palacio de Buckingham. Y, por supuesto, el Pabellón Real, que remodeló entre 1815 y 1823 para crear el espectacular edificio que podemos admirar hoy. Nash fue extremadamente variado en sus gustos y trabajó con muchos estilos diferentes. Le gustaban las estancias con formas poco habituales, los contornos interesantes y las ilusiones ópticas: la teatralidad y la exageración eran sus especialidades. En resumen: era el arquitecto ideal para el príncipe regente. Para el Pabellón, se inspiró en diversas fuentes, pero en particular en el libro de paisajes indios de William y Thomas Daniell titulado Paisajes orientales, así como en los diseños no ejecutados de Humphry Repton para un pabellón de estilo indio. También incorporó algunos elementos góticos y chinos. Para el interior del pabellón, Nash recurrió a todo tipo de dramáticos efectos de iluminación, especialmente combinaciones de claraboyas de vidrio y puertas con espejos para crear una sensación de espacio y fantasía y dotar de grandiosidad a un espacio limitado. Al morir Jorge en 1830, Nash perdió a su mecenas y protector. Debido a las extravagancias de Jorge, los costes en el Palacio de Buckingham se habían disparado, y Nash cargó con la culpa. Esto supuso el fin de su carrera. Falleció finalmente en 1835.