21. Los aposentos de la reina Victoria

Imagen histórica

Transcripción

David Beevers:

La reina Victoria tuvo una relación muy ambivalente con el Pabellón Real. Accedió al trono en 1837, y entre 1837 y 1845 visitó el Pabellón unas cuatro veces. Cuando lo vio por primera vez, escribió en su diario:
«El Pabellón es una cosa de aspecto chino rara y extraña, tanto por dentro como por fuera; la mayoría de habitaciones tienen los techos bajos, y solo se ve un pequeño pedazo de mar desde una de las ventanas de mi sala de estar, lo cual es raro, teniendo en cuenta lo cerca que está el mar».
En su segunda visita ya le gustó más. Sabemos que el príncipe Alberto, el esposo de la reina Victoria, admiraba el edificio, sobre todo el Salón de Banquetes y el Salón de Música. Es un error pensar que a la reina Victoria le disgustaba por motivos estilísticos. Le gustaban mucho los interiores chinos y, de hecho, cuando se vació el Pabellón los hizo trasladar a Palacio de Buckingham, que es donde se encuentran hoy. Lo que no le gustaba era que fuese tan pequeño, porque no estaba construido para un soberano casado, y Victoria tenía una familia cada vez mayor. Además, le molestaba que estuviera en el centro de la ciudad, porque le proporcionaba muy poca privacidad. Se quejaba de que siempre que iba a Brighton la gente de la ciudad la acosaba. Así que decidió venderlo, y con el dinero obtenido comprar una nueva finca en Osborne, en la isla de Wight, a la que calificó como «un lugar nuestro, tranquilo y apartado». Tranquilo y apartado: dos palabras que uno no podría utilizar nunca para referirse al Pabellón.

Para saber más sobre la cama que hay en esta habitación, mire la pantalla de la audioguía y vea los comentarios extra disponibles.

Ahora salga por la puerta que hay al otro lado de la cama. Pasará junto a la habitación de la doncella a la izquierda y un aseo a la derecha.

La cama de la reina Victoria

El dormitorio se ha restaurado a fin de recuperar el aspecto que tenía en 1840, con papel pintado a mano que reproduce el papel original chino y una cama que es una reproducción de una cama original de la década de 1830.

David Beevers:

Es una reconstrucción de la cama de la reina Victoria, y se asemeja mucho a la cama que había en esta habitación, que se ha perdido. Una cuestión muy interesante es si la reina Victoria y el príncipe Alberto compartían esta cama. Es un enigma. En los círculos de la clase alta y en los círculos reales, lo habitual era que marido y mujer tuvieran aposentos separados, a menudo en lados opuestos del edificio. En los planos de este edificio, aparece el dormitorio de la reina Victoria, pero no hay referencia alguna al dormitorio del príncipe Alberto. El príncipe Alberto tenía un vestidor, pero no un dormitorio. Así que yo creo que es probable que compartiesen esta cama, aunque es bastante pequeña.